SEMINCI 2011 Este año la cosecha de películas ha sido buena. Saliéndonos de la sección oficial, cabe destacar un ciclo de películas suecas actuales (2010/2011) en la que ha quedado constatado que la filmografía sueca goza de muy buena salud, trata temas muy diversos y se aleja de los viejos tópicos de cine lento que siempre habla de amargados que lo tienen todo.
La sección oficial ha estado llena de primeras películas, esto crea cantera y unos cuantos directores a los que seguir en años sucesivos, como pasó en su día con los belgas hermanos Dardenne o con el francés Robert Guediguian, directores consagrados que el festival siguió desde sus comienzos. Este año han venido al festival con dos grandes películas, los Dardenne con “EL NIÑO DE LA BICICLETA” que ya está en cartelera y Robert Guediguian con “LAS NIEVES DEL KILIMANJARO”, de próximo estreno.
La Espiga de Oro fue para “HASTA LA VISTA” Geoffrey Enthoven. Bélgica. Este premio posibilita que la película tenga distribución en España y podamos disfrutarla en los cines próximamente. Es una «road movie» de tres veinteañeros con un gran sentido del humor negro, un parapléjico, un chico que va en silla de ruedas por una enfermedad degenerativa y un ciego, juntos quieren hacer un viaje a España para perder la virginidad en un puticlub especializado en minusválidos. Es una comedia ágil, muy optimista y que se deja en casa los sentimentalismos, la película pasa de una situación muy divertida a dejarte la risa helada por una situación dramática.
Por último quiero destacar la “clase abierta” que Fernando León de Aranoa impartió en la universidad con motivo del 15 aniversario del estreno de su primera película “Familia” en la Seminci. Nos tuvo más de dos horas sin pestañear hablándonos del proceso de escritura, dirección, montaje y producción. Dice que él en sus películas se niega a poner “Una película de…” porque en una película trabajan 140 personas y él sólo es autor del Guión y Dirección. También dijo que un guionista tiene que tener la capacidad para sorprenderse (él lo llamaba extrañarse) con las cosas cotidianas, en el momento que pienses “esto ya me lo sé o esto ya lo he visto” corres grave peligro de acomodamiento. Yo creo que este comentario se puede acoplar al espectador de cine, a pesar de tener los ojos carbonizados por tanto audiovisual a nuestro alcance, hay que hacer un ejercicio constante por ver las cosas desde una mirada limpia de niño.