Por Morgan López
Hay un tipo de películas que llamamos “de festivales”, son películas que unos aman, otros odian y a nadie dejan indiferente, “Etella Cadente” pertenece a este grupo y nos cuenta la breve historia de Amadeo de Saboya como rey de España en 1870.
Lejos del relato clásico de las películas de época, asistimos a una performance de lo más transgresora, con una luz claustrofóbica que nos transmite con éxito la soledad de un rey extranjero, que no entiende nada de lo que pasa a su alrededor.
Encerrado en palacio disfrutaremos de las confusiones, ensoñaciones y paranoias de Amadeo y su séquito y para descolocarnos del todo, la música funde a Mozart y Puccini con Pop sesentero sin que nada se desvanezca.
Firma esta rareza Lluis Miñarro, productor de gente que le gusta experimentar con el lenguaje cinematográfico como Manuel de Oliveira, José Luis Guerín o Marc Recha y que ahora detrás de la cámara sigue siendo igual de libre que cuando produce.
"Concejo abierto" 